Las ventajas de la utilización de las velas de parafina para proteger los cultivos de las heladas compensan con creces su coste
Su menor emisión de gases contaminantes y perjudiciales para la salud, que se trata de un producto biodegradable, y su coste relativo, hacen de este sistema de los más implantados.
Unas 150 velas por hectárea son suficientes para proteger de las heladas a las plantaciones de frutos rojos en la zona de Huelva. Heladas que frenan de golpe la producción, y para las que los agricultores onubenses recurren a este viejo método, con el que calientan los invernaderos de berries, fundamentalmente frambuesas y en menor medida arándanos.
Con la utilización de velas de parafina antiheladas se consigue elevar la temperatura interior del invernadero entre uno y tres grados, dependiendo de la cantidad de ellas que se use, lo que a efectos prácticos supone evitar la temida helada.
Y es que la frambuesa sufre mucho con temperaturas por debajo de -1,5º centígrados, perjudicando bastante tanto a la planta, como a la flor y al fruto, en los que se producen quemaduras por frío.
Las velas de parafina garantizan su efectividad, y hay que tener en cuenta que si bien la cantidad de velas por hectárea es de unas 150, tienen la ventaja de que dado que su combustión dura entre 11 y 12 horas, pueden apagarse en cualquier momento (cuando la temperatura no sea tan acuciante) y volver a encenderlas cuantas veces sea preciso en días posteriores, en el caso de que no se hayan terminado de consumir.
La efectividad de las velas de parafina para luchar contra las heladas está tan contrastada, que existe incluso un baremo aplicable con carácter general en cuanto a la cantidad de velas que son precisas según las circunstancias térmicas.
Así, los expertos aconsejan colocar 150 velas de parafina cuando la temperatura es de dos grados bajo cero, 200 cuando se llega a los 3ºC, 270 cuando los grados negativos son cuatro, 340 cuando son cinco, y hasta 400 cuando el termómetro se desploma hasta los seis grados bajo cero, no siendo necesario que se enciendan todas a la vez si con menos cantidad se logra alcanzar y mantener la temperatura deseada para evitar la helada, algo que también es muy útil a la hora de optimizar su uso, y hacerlo de forma más económica.
Composición de las velas antiheladas
En cuanto a su constitución, las conocidas como velas anti heladas, están compuestas de parafina, un producto proveniente del desaceitado, que se caracteriza por tener un contenido en aceite superior al 20 por ciento, cuyo punto de fusión se sitúa entre 30º y 45º grados centígrados y que proporciona 12.000 kilocalorías por kilogramo. El producto se encuentra dentro de un bote metálico -o lata-, con un contenido por cada unidad de 5,7 litros.
Ventajas de las velas de parafina respecto otras alternativas
Con la utilización de las velas de parafina se evitan problemas medioambientales y de salud pública de otros sistemas alternativos como la cada vez menos usada quema de pacas de paja, cuya emisión de CO2 es considerable, perjudicial y molesta por las nubes de humo que genera. Además, al tratarse de un método activo para aplicar justo cuando comienza la helada, y durante ella, y evitar la congelación tanto de la flor, como del fruto, aportándole a éstos luz y calor inmediatos, no permite que la planta sufra quemaduras por el frío.
Otra de las ventajas de las velas de parafina que se trata de un producto biodegradable; clasificado oficialmente como no peligroso y no perjudicial para la salud ya que ninguno de sus componentes está listado en el reglamento de la Unión Europea; que tiene una autonomía de entre 10 y 12 horas, y cuyo coste es reducido en relación a otros sistemas usados con el mismo fin.